¡Bienvenidos!

Bienvenidos a nuestro blog de fanfics acerca de "El Internado". Aquí podréis encontrar textos en todas las categorías posibles, desde los puramente románticos a aquellos que resuelven parte de la trama, pasando por los minifics o el humor.

El blog ha sido diseñado para haceros la navegación por él lo más sencilla posible. Por ello, en la columna de la derecha podéis encontrar todos los fics disponibles, con una breve sinopsis, la categoría o categorías a la que pertenece el texto y los personajes en los que se centra, además del autor del mismo.

Debajo podéis encontrar enlaces directos a todos los capítulos de la historia, de modo que podéis leer a vuestro ritmo y sin necesidad de buscar la entrada por donde os quedasteis, ya que se puede acceder a ella directamente. Así, cuando clickeis en un capítulo, ésa entrada aparecerá justo debajo de esta cabecera que estáis leyendo.

En cuanto a las categorías, vais a encontrar un código que os dirá de qué tipo es el texto que vais a leer. Dentro de estos diferentes tipos, encontraréis:

[ROM] Estos fanfics se centran en el desarrollo de una relación amorosa y los sentimientos de los personajes.

[ANGST] Fanfics para sufrir, para pasarlo mal con nuestros personajes favoritos.

[RES] El Proyecto Géminis y Ottox están más presentes que nunca en estos fics, centrados en resolver parte de la trama.

[HUM] Fanfics para reír.

Encontraréis también los tag [WIP] O [COMPLETO]. El primero hace referencia a "Work in Progress", es decir, que el fic está en fase de publicación, mientras que los fanfics con el segundo término ya se pueden leer enteros.

CONTACTO

Si tienes alguna duda o te apetece publicar tu fanfic en este blog, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotras a través del Blog de Marta Torné o bien a través del Blog de Raúl Fernández, en las direcciones de correo que encontraréis en las mencionadas páginas.

Blog no oficial de Marta Torné

El pasado. Capítulo XV

La señora que abrió la puerta lo hizo con la reserva de estar ante un desconocido, pero el buen vestir es la mejor tarjeta de presentación.

-¿Sí…?-
- Oh, disculpe. Igual le he importunado. Mi nombre es Saúl Pérez Sabán. He venido de lejos a visitar a un amigo. Esta mañana he tenido el gran placer de conocer a la señorita Sara y habiéndome enterado de que perdió algo que es de su agrado pensé en devolvérselo.- Con aquella facilidad oral tenía el ochenta por ciento ganado por adelantado y su seguridad lo sabía.
- Está en la parte de atrás, en el invernadero.- y se fue lamentando la interrupción.

Años más tarde Saúl recordaría esa imagen al ir a buscar a Carlos a la cárcel, desencantado por encontrar a un calco físico de David, aún así sorprendiéndose al ir trabajando con el muchacho para bien ya que al contrario de la inicial impresión él se parecía a su madre en los detalles importantes que no se ven a primera vista. Y eso que la memoria tenía más retención con otro tipo de sensaciones. Iría allí por la lealtad a la amistad de David, pero en su fuero interno por lo que deseó para Sara. En nuestro camino también nos marcan las experiencias que nunca se dieron.

- Bonitas flores. ¿Le gusta la jardinería?
- Me gusta más cocinar. No se crea. Su trabajo tiene. Coja una herramienta y lo comprueba.- contestó Sara con una sonrisa.

Tan solo eso le bastó a Saúl. Ya tenía el convencimiento de que una mujer como aquella solo se encuentra una vez. Siempre había llegado tarde y estando acostumbrado a ello no fue la excepción. Si hubiese podido firmar para que Sara fuese feliz lo habría hecho allí mismo aunque no fuera a su lado, no obstante no correspondía a su naturaleza rendirse y no sería la excepción.

- Venía a hablarle de mi amigo David. Si me deja me sentaré, prometo no perturbarla con lo que le cuente. De hecho, creo que soy el mejor para ponerla al día acerca de él, si me permite la modestia…Dejaré por aquí el sombrero, ¿de acuerdo?

Sara le miró con una mezcla de si no hay más remedio pero con nada maquillará la verdad.

- Antes de juzgar a David tiene usted que conocerlo. No todo el mundo posee una infancia como la suya… Siendo niño lo separaron a la fuerza de su familia. A su madre le hicieron mucho daño y a él también alejándolo de cualquier aprecio. El odio germinó en él antes que el sentido de lo que estaba bien y mal. Cuando comprendió lo que era lo segundo ya era demasiado tarde para un alma que sorprendentemente se había ido forjando bondadosa para sus actos, y aún así demasiado inmadura. El sufrimiento le inundó de arriba a abajo, día tras día al comprender esas acciones. Nunca… nunca se perdonó no haber dejado que los que nos cogieron nos hicieran daño por frágiles, por eso confundió la maldad sin llegar a reconocerla una vez se hizo fuerte. Él siempre comentaba que no iba a querer a nadie, porque significaba sufrir, por lo que le enseñaron que podía suceder en su casa, pero yo creo que lo comentaba porque tenía miedo a haberse ganado el derecho de no tener esa oportunidad por todo lo que hizo.-

Sara experimentó de golpe un malestar físico que no delató pero Saúl averiguó al vuelo.

- Oh, lo siento. Me temo que es demasiado para usted de una. Supongo que no es fácil enamorarse para luego descubrir a quien te ha hechizado. Sara, déle una oportunidad. Créame, no se lamentará. En mi vida lo he visto más embrujado.- y se enfundó los guantes para en un pequeño relámpago su vanidad poder con la lealtad a Almansa.- ¿Le importaría si yo le escribo de vez en cuando, para saber como le va?- preguntó lamentándose no haberla dejado casi hablar al no tener a mano lo que él podría haber deseado más.

- Hágalo, pero no recibirá respuesta.

Sara creyó así que Saúl se rendiría, pero a partir de entonces recibió una misiva mensualmente sin ser descubiertas por su futuro marido creyendo averiguar entre letras que el primer paso no lo daría por respeto a David. No las tiró quizás por vanidad femenina, porque nunca viene mal saber que uno es apreciado.

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