¡Bienvenidos!

Bienvenidos a nuestro blog de fanfics acerca de "El Internado". Aquí podréis encontrar textos en todas las categorías posibles, desde los puramente románticos a aquellos que resuelven parte de la trama, pasando por los minifics o el humor.

El blog ha sido diseñado para haceros la navegación por él lo más sencilla posible. Por ello, en la columna de la derecha podéis encontrar todos los fics disponibles, con una breve sinopsis, la categoría o categorías a la que pertenece el texto y los personajes en los que se centra, además del autor del mismo.

Debajo podéis encontrar enlaces directos a todos los capítulos de la historia, de modo que podéis leer a vuestro ritmo y sin necesidad de buscar la entrada por donde os quedasteis, ya que se puede acceder a ella directamente. Así, cuando clickeis en un capítulo, ésa entrada aparecerá justo debajo de esta cabecera que estáis leyendo.

En cuanto a las categorías, vais a encontrar un código que os dirá de qué tipo es el texto que vais a leer. Dentro de estos diferentes tipos, encontraréis:

[ROM] Estos fanfics se centran en el desarrollo de una relación amorosa y los sentimientos de los personajes.

[ANGST] Fanfics para sufrir, para pasarlo mal con nuestros personajes favoritos.

[RES] El Proyecto Géminis y Ottox están más presentes que nunca en estos fics, centrados en resolver parte de la trama.

[HUM] Fanfics para reír.

Encontraréis también los tag [WIP] O [COMPLETO]. El primero hace referencia a "Work in Progress", es decir, que el fic está en fase de publicación, mientras que los fanfics con el segundo término ya se pueden leer enteros.

CONTACTO

Si tienes alguna duda o te apetece publicar tu fanfic en este blog, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotras a través del Blog de Marta Torné o bien a través del Blog de Raúl Fernández, en las direcciones de correo que encontraréis en las mencionadas páginas.

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A Contrarreloj. Capítulo V.


Iván llevaba casi un minuto convulsionándose con violencia, sus brazos y sus piernas se agitaban como si no pertenecieran a su cuerpo. Carlos se limitó a tumbarle de lado y a meterle en la boca el puño de su chaqueta para evitar que se ahogara. Se sentó en el suelo a su lado y colocó la cabeza de Iván sobre sus piernas mientras la sujetaba con ambas manos. Unos segundos después, los espasmos empezaron a remitir y su mirada se volvió a centrar lentamente.

- Iván, escúchame. Tenemos que salir de aquí, ¿me oyes?

Le abofeteó con suavidad, casi en una caricia violenta, mientras le hablaba en voz baja, no porque no les pudieran oír, sino para transmitirle la calma y la serenidad que ni él mismo sentía. Le limpió la sangre de la nariz con su camiseta y continuó.

- Creo que tengo la cura, pero para eso tengo que hacer una llamada y salir de aquí, ¿de acuerdo?

Iván atinó a asentir. Fermín sintió una descarga eléctrica cuando notó cómo la mano de Iván se cerraba con fuerza en torno a su muñeca, en una súplica muda y desesperada.

- Voy a coger un par de cosas que necesitamos de aquí y después nos iremos.

Se escabulló, turbado por la imagen de un Iván moribundo, reducido a nada, y se dirigió a los armarios del laboratorio. Desde el suelo, Iván atisbó como el cocinero se guardaba en la chaqueta un par de jeringuillas, agujas y media docena de cajas pequeñas con el logo de Ottox estampado en un costado. Se metió debajo del brazo el archivador donde había encontrado los informes de Paula y Samuel. Luego se volvió hacia él y ambos asintieron en silencio.

Fermín le ayudó a incorporarse y le ofreció su hombro como apoyo. Tardaron casi treinta minutos en hacer el camino de vuelta.

Rebeca seguía sentada sobre la cama, en la misma postura que se quedó cuando se marcharon, cuando les vio llegar. Carlos respiraba pesadamente y el rostro de Iván parecía el de una persona aquejada de una larga y penosa enfermedad: pálido, los labios entre violáceos y blancos y la sangre seca dibujando un surco bajo su nariz.

Cuando se sentó sobre la cama, Iván miró a Rebeca y forzó una sonrisa torcida.

- ¿Sabes qué? Si me vuelves a contar una historieta de nazis en tu clase de historia, te rompo la otra pierna.

Rebeca no pudo evitar sonreír sinceramente, casi agradecida de que fuese él el que quitase hierro al asunto.

- Quítate la camiseta Iván.
- Joder cocinillas, además de hacer croquetas y cazar nazis, parece que sabes poner inyecciones. Eres una caja de sorpresas.

Fermín se dirigió a él con la jeringa cargada en la mano, tratando de sonreír para infundirle un poco de calma a su terror, el que él convertía en sarcasmo.

- Y lo que te queda por saber…

Iván sonrió y se quitó la camiseta despacio. Luego le miró con cierto recelo.

- ¿Qué es eso, tío?
- Tienes una taquicardia de 145 pulsaciones por minuto, te voy a inyectar lorazepam para rebajar la frecuencia cardiaca. Cuanto más deprisa vaya tu corazón, más rápido avanzará el virus. Esto nos puede dar un par de horas más.

Cuando terminó de vaciar el contenido de la jeringuilla en el antebrazo de Iván, le ayudó a recostarse en la cama, a los pies de Rebeca. Cogió el móvil y marcó la tecla de pulsación rápida.

- Saúl.
- Soy Carlos. Tengo novedades, pero primero necesito la sangre que te di para que analizaras.
- Carlos…
- No es negociable. La necesito ya.
- Han saqueado la casa. No sé cómo lo hicieron, pero nos encontraron. Han matado a toda la unidad de vigilancia, Roberto, David. Todos. Conseguí escapar de milagro, pero hemos perdido a Irene y al niño. Estoy en la sede de la organización. Probablemente a estas horas, ya tengan esa muestra de nuevo en su poder.

Carlos cerró los ojos, cegado de rabia, y colgó el teléfono. Volvió la vista sólo un segundo para mirar el cuerpo de Iván, exhausto sobre la cama, con los ojos entornados. Rebeca, sentada junto a él, seguía sumida en el sopor de la fiebre. Tenía que seguir él solo y nunca antes había tenido menos fuerzas para hacerlo.

1 comentario:

parchis dijo...

¡Qué capitulón! Como la tensión siga creciendo a este ritmo, no me quiero imaginar los capítulos finales.

Te leo, y me da una cosa imaginarme a Iván mediomoribundo, convulsionando, perdiendo la consciencia,... Consigues que quiera verlo así en la serie, que al final se salve, pero quiero ver a Yon interpretando eso.

Eres mala. Cuando parece que Fermín tenía la solución, cuando todos pensábamos en la sangre de Paula, resulta que haces que los cabrones de Géminis la hayan recuperado. Lo bueno de esto es que veremos a Fermín en acción para salvar a Iván, y si ver a Fermín en acción ante cualquier situación mola, cuando es para salvar al hijo de su chica es casi una experiencia religiosa :P. Superemotivo el apunte final, ése de que nunca había tenido tan pocas fuerzas para seguir.

Ah, por cierto, me has dejado muerta con tus explicaciones sobre el lorazepam y la velocidad de avance del virus. Eso sí que es documentarse para escribir un fic en condiciones.

Más, más, más, más. :P

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