¡Bienvenidos!

Bienvenidos a nuestro blog de fanfics acerca de "El Internado". Aquí podréis encontrar textos en todas las categorías posibles, desde los puramente románticos a aquellos que resuelven parte de la trama, pasando por los minifics o el humor.

El blog ha sido diseñado para haceros la navegación por él lo más sencilla posible. Por ello, en la columna de la derecha podéis encontrar todos los fics disponibles, con una breve sinopsis, la categoría o categorías a la que pertenece el texto y los personajes en los que se centra, además del autor del mismo.

Debajo podéis encontrar enlaces directos a todos los capítulos de la historia, de modo que podéis leer a vuestro ritmo y sin necesidad de buscar la entrada por donde os quedasteis, ya que se puede acceder a ella directamente. Así, cuando clickeis en un capítulo, ésa entrada aparecerá justo debajo de esta cabecera que estáis leyendo.

En cuanto a las categorías, vais a encontrar un código que os dirá de qué tipo es el texto que vais a leer. Dentro de estos diferentes tipos, encontraréis:

[ROM] Estos fanfics se centran en el desarrollo de una relación amorosa y los sentimientos de los personajes.

[ANGST] Fanfics para sufrir, para pasarlo mal con nuestros personajes favoritos.

[RES] El Proyecto Géminis y Ottox están más presentes que nunca en estos fics, centrados en resolver parte de la trama.

[HUM] Fanfics para reír.

Encontraréis también los tag [WIP] O [COMPLETO]. El primero hace referencia a "Work in Progress", es decir, que el fic está en fase de publicación, mientras que los fanfics con el segundo término ya se pueden leer enteros.

CONTACTO

Si tienes alguna duda o te apetece publicar tu fanfic en este blog, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotras a través del Blog de Marta Torné o bien a través del Blog de Raúl Fernández, en las direcciones de correo que encontraréis en las mencionadas páginas.

Blog no oficial de Marta Torné

A Contrarreloj. Capítulo XV.


Aún no eran las ocho de la mañana, pero Carlos llevaba dos horas en pie y casi una caminando alrededor de la laguna. La impaciencia no había sido nunca uno de sus defectos, había aprendido a ser metódico, a saber esperar para dar con lo que uno busca. Pero en determinados momentos, cuando en tu vida se cruza otra persona que amenaza con importarte más que tú mismo, tus virtudes y tus defectos pueden terminar dándose la vuelta. La cita era a las ocho, y Carlos sabía que Saúl no llegaría ni antes ni después de la hora, pero no había podido evitar llegar al punto de encuentro poco después de las siete.

Se revolvió con inquietud y miró el reloj por enésima vez. Tenía un plan armándose en su mente, pero le faltaba fe en él y confianza en sus ayudantes. Volvió a pensar en la webcam y en Daniel, y se preguntó, como había hecho toda la noche, si sería capaz de hacerlo sin que todo se fuera al traste.

El sonido familiar del Volvo le hizo empezar a moverse de nuevo, esta vez en dirección al camino por el que se aproximaba el vehículo. Saúl no se apeó, bajó la ventanilla y le entregó una carpeta.

- Aquí lo tienes. Es el informe oficial de María, no sabemos cuánto habrá de cierto en él.

Carlos se lo guardó bajo el brazo y asintió.

- Volveré a llamarte.

Sin esperar una réplica, se giró y echó a andar.

- Carlos, la organización no va a darte todo lo que pidas…
- La organización me dará lo que haga falta a cambio de esos informes.

Pronunció la última frase sin darse la vuelta, sin mirar más que al frente, bosque a través, de vuelta al internado.

Los últimos dos kilómetros del trayecto los hizo corriendo, necesitado de quemar la energía que le sobraba para poder pensar con claridad. Llegó a la puerta de su habitación casi sin aliento, pero no pensó que se le cortaría por completo al ver lo que estaba pasando dentro.

Iván, sentado frente a la pantalla del ordenador, extendía su mano hacia ella como él lo había hecho el día anterior sobre el cristal que le separaba de María. Entendió de repente que Daniel lo había hecho y que él nunca pensó que lo conseguiría. Se abalanzó sobre el portátil. Al principio, le costó distinguirla bajo el color amarillento que le devolvía la imagen. Estaba tumbada de lado sobre la cama, inerte, lejana, irreconocible para alguien que no conociese aquel cuerpo palmo a palmo. Carlos apretó los puños y reprimió las ganas de correr y sacarla de allí a punta de pistola.

- Deberías haber puesto un micro. Algo para que pudiéramos hablar con ella, joder.

Iván golpeó la mesa con el puño cerrado, haciendo que su frase sonara más a reproche que a lamento. Se levantó con brusquedad y se sentó en la cama.

- Tenemos que hacer las cosas bien, Iván. – Tragó saliva y apartó la vista de la pantalla. – Tengo aquí el informe oficial, vamos a ver qué nos dice. Si su caso lo lleva un médico que esté limpio, podríamos hablar con él o incluso llevarles a juicio si recogiéramos las suficientes pruebas…

Se sentó junto a él y abrió la carpeta. Lo primero que vio fue la firma del médico al final de la página. Lourdes Álvarez. El nombre no le dijo nada, así que dirigió la vista a la medicación que se le estaba administrando. Paroxetina y Diazepam. Prozac y Valium para los amigos. Sonaba demasiado típico.

- Ha entrado alguien.

Iván se levantó como un resorte y Fermín le siguió. Al otro lado, una enfermera, a la que sólo veían de cintura para abajo, dejaba en la mesita tres vasos pequeños. Vieron a María incorporarse despacio, apoyándose sobre un codo, y tragarse el contenido de los tres sin replicar. Cuando terminó, volvió a la posición original y la enfermera salió.
Carlos trató de abstraerse del dolor que sentía y concentró sus fuerzas en su mano izquierda, que apretó el hombro de Iván intentando calmarle.

Entonces, algo saltó en su mente. Una chispa. Una pieza con unos bordes que no terminan de ajustar. Volvió al informe como una exhalación y releyó la posología.
Paroxetina. 1/1/0
Diazepam: 1/1/1.

Dos pastillas a mediodía. En la mesita de María había tres.

- El informe es falso.
- ¿Qué?
- Es falso. No tenemos nada.

Se tapó los ojos con la palma de la mano y respiró hondo. Intuyó a Iván dándole una patada a algo antes de oírle vociferar.

- ¿Qué mierda vamos a hacer ahora?

Carlos lanzó el informe sobre la mesa y habló despacio.

- Ahora tendremos que ir por las malas…

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