Volvió a estudiar los papeles, en busca de algo que pudiese conducirle hasta otra solución posible. Pero se sentía hastiado y pesimista. Rebeca e Iván dormitaban sobre la cama, convencidos de que el milagro estaba a la vuelta de la esquina, y cayó sobre él, con toda su fuerza, la sensación de culpa que había arrastrado toda su vida multiplicada por mil. Trató de concentrarse en los informes más recientes anteriores a Paula y Samuel.
Daniel. Tres páginas llenas de fechas, nombres de virus. Todos negativos. La cuarta página le hizo añicos las esperanzas. Fallecido. El informe de la autopsia hablaba de un severo traumatismo craneoencefálico que le había provocado la muerte antes de cumplir los treinta.
Hugo. Tres páginas más de fechas, nombres y negativos. Su subconsciente atisbó algo que sus ojos no veían, pero no conseguía materializarlo. Volvió a la primera página. Calculó su edad, treinta y dos años, grupo sanguíneo AB-.
De repente, supo qué era lo que le había llamado la atención. Volvió al informe de Daniel. Las fechas eran idénticas. Nacimiento, inoculación de cada virus. Con la única diferencia de que Hugo vivía.
Te mereces algo mejor, Hugo parece un buen tipo…
- No puede ser… - Su voz era un susurro apenas audible para sí mismo.
Cuando tocaron a la puerta, lo primero que hizo fue echar mano de la pistola que guardaba en la parte de atrás de los pantalones. Se agarró al acero frío, y miró a Rebeca e Iván, más inertes e indefensos que nunca. Cuando entreabrió son suavidad, soltó el arma.
- Fermín… ¿dónde está Iván?
Los ojos llorosos de Julia le inspiraron una pena infinita, y no se sintió digno de negarle la oportunidad de estar con él en los que serían, quizá, sus últimas horas. Le tendió la mano y ella le miró sin comprender nada, asiéndose a ella. Cuando entró, tuvo que llevarse una mano a la boca para ahogar un grito.
- No…
Se lanzó sobre el cuerpo de Iván, llamándole a gritos, pero él no respondía, no abría los ojos, no se movía. Fermín la agarró por los hombros y tiró de ella para ponerle una mano sobre los labios.
- Julia, tienes que ayudarme…
No hay comentarios:
Publicar un comentario