¡Bienvenidos!

Bienvenidos a nuestro blog de fanfics acerca de "El Internado". Aquí podréis encontrar textos en todas las categorías posibles, desde los puramente románticos a aquellos que resuelven parte de la trama, pasando por los minifics o el humor.

El blog ha sido diseñado para haceros la navegación por él lo más sencilla posible. Por ello, en la columna de la derecha podéis encontrar todos los fics disponibles, con una breve sinopsis, la categoría o categorías a la que pertenece el texto y los personajes en los que se centra, además del autor del mismo.

Debajo podéis encontrar enlaces directos a todos los capítulos de la historia, de modo que podéis leer a vuestro ritmo y sin necesidad de buscar la entrada por donde os quedasteis, ya que se puede acceder a ella directamente. Así, cuando clickeis en un capítulo, ésa entrada aparecerá justo debajo de esta cabecera que estáis leyendo.

En cuanto a las categorías, vais a encontrar un código que os dirá de qué tipo es el texto que vais a leer. Dentro de estos diferentes tipos, encontraréis:

[ROM] Estos fanfics se centran en el desarrollo de una relación amorosa y los sentimientos de los personajes.

[ANGST] Fanfics para sufrir, para pasarlo mal con nuestros personajes favoritos.

[RES] El Proyecto Géminis y Ottox están más presentes que nunca en estos fics, centrados en resolver parte de la trama.

[HUM] Fanfics para reír.

Encontraréis también los tag [WIP] O [COMPLETO]. El primero hace referencia a "Work in Progress", es decir, que el fic está en fase de publicación, mientras que los fanfics con el segundo término ya se pueden leer enteros.

CONTACTO

Si tienes alguna duda o te apetece publicar tu fanfic en este blog, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotras a través del Blog de Marta Torné o bien a través del Blog de Raúl Fernández, en las direcciones de correo que encontraréis en las mencionadas páginas.

Blog no oficial de Marta Torné

A Contrarreloj. Capítulo VII.


Hugo llevaba más de dos horas sentado junto a la ventana, inmóvil, tratando de organizar sus ideas. Estaba allí para intentar poner orden en aquel caos, pero desde que llegó, las cosas no habían mejorado demasiado. Héctor había estado a punto de escaparse, y ésa misma tarde, había tenido que llevarle al laboratorio central de Ottox a punta de pistola. Los chicos sabían más de lo que él sospechaba en un principio, y era consciente ya, con toda certeza, de que había alguna fuga dentro. Para colmo de males, el incendio en la ermita les había mermado más de lo que cabía imaginar. No era sólo su lugar de reunión, ni el hecho de que hubiera caído uno de los suyos. Era el simbolismo que había ardido con él. La debilidad que suponía.
Lanzó el informe que tenía en la mano sobre la cama y maldijo en voz baja. Pasó unos minutos más ensayando una buena explicación para todo aquello. Por eso, cuando oyó pasos aproximarse y pararse delante de su puerta, sintió que se moría de miedo.

No.

Se puso de pie de un salto y trató de abstraerse de la visión fugaz que le nublaba la mente, en la que abría la puerta y Wulf entraba exhibiendo aquella sonrisa de depredador.

No.

Cuando llamaron con suavidad, respiró hondo y trató de centrarse.

- ¡Un momento!

Recogió con cuidado el informe de María, desparramado sobre la cama, y lo guardó bajo el colchón. Cuando abrió la puerta, su sorpresa fue mayúscula. Ensayó la mejor de sus sonrisas y aquel tono despreocupado que tan bien se le daba.

- ¡Hola! ¿Eres…?
- Julia.
- ¡Julia! Eso es. ¿Qué haces aquí a estas horas? ¿Pasa algo?

Ella asintió con gravedad. Tenía los ojos húmedos y estaba pálida, nerviosa. A Hugo le reconfortó la idea de que recurriera a él en ese instante, le pasara lo que le pasara. Eso implicaba que podía averiguar cosas pero, sobre todo, que no sospechaban de él.
Abrió la puerta de par en par y la invitó a pasar con un gesto, pero ella agachó la cabeza y permaneció quita, frotándose las manos, una contra la otra, con nerviosismo.

- Hugo… Hemos encontrado unos papeles. Tu nombre está en ellos… - Su voz se quebró, ahogada en unas lágrimas que le inundaban los ojos pero que no terminaban de salir a la luz. – Creemos que han… experimentado contigo. Tienes que verlo. Puedes… podrías estar en peligro.

De repente, el alivio que había sentido al ver a Julia en la puerta se esfumó. Volvió a ver la sonrisa amenazante de Wulf en algún lugar de su cabeza. Sonrió sin convicción y adoptó de nuevo su mejor tono neutro.

- ¿De qué estás hablando…?
- Tienes que verlo. – Julia dio un paso atrás, invitándole a seguirla.

Se sintió tentado de agarrarla por un brazo y encerrarla en el cuarto, pero ella ya estaba fuera de su alcance. Levantó el pie derecho en un esfuerzo sobrehumano, sintiendo que tenía un bloque de hormigón atado a los zapatos, y salió al pasillo. La vio mirarle justo antes de sentir el frío redondo del cañón clavándose en la parte de atrás de su cráneo, mientras una mano invisible le sacaba el arma de la parte de atrás de los pantalones.

- Si intentas un truco de ésos tuyos de kárate, te vacío el cargador en la cabeza. Si te das la vuelta, te lo vaciaré en la cara. Camina.

Fermín aumentó la presión de la pistola sobre la cabeza de Hugo y le obligó a andar detrás de Julia, que se mantenía a una distancia prudencial.

- Os vais a arrepentir…

Carlos paró en seco. Se sentía como si se hubiera tragado un cóctel molotov, una bomba inestable que podía estallar en cualquier momento y obligarle a apretar aquel gatillo. Trató de mantener la cabeza fría, y en lugar de concentrarse en su dedo índice, se pegó a la espalda de Hugo y le habló en voz baja junto al oído.

- De lo que único que me puedo arrepentir es de no haberte matado antes.

Le empujó en el hombro con la mano libre y le obligó a seguir andando.

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