¡Bienvenidos!

Bienvenidos a nuestro blog de fanfics acerca de "El Internado". Aquí podréis encontrar textos en todas las categorías posibles, desde los puramente románticos a aquellos que resuelven parte de la trama, pasando por los minifics o el humor.

El blog ha sido diseñado para haceros la navegación por él lo más sencilla posible. Por ello, en la columna de la derecha podéis encontrar todos los fics disponibles, con una breve sinopsis, la categoría o categorías a la que pertenece el texto y los personajes en los que se centra, además del autor del mismo.

Debajo podéis encontrar enlaces directos a todos los capítulos de la historia, de modo que podéis leer a vuestro ritmo y sin necesidad de buscar la entrada por donde os quedasteis, ya que se puede acceder a ella directamente. Así, cuando clickeis en un capítulo, ésa entrada aparecerá justo debajo de esta cabecera que estáis leyendo.

En cuanto a las categorías, vais a encontrar un código que os dirá de qué tipo es el texto que vais a leer. Dentro de estos diferentes tipos, encontraréis:

[ROM] Estos fanfics se centran en el desarrollo de una relación amorosa y los sentimientos de los personajes.

[ANGST] Fanfics para sufrir, para pasarlo mal con nuestros personajes favoritos.

[RES] El Proyecto Géminis y Ottox están más presentes que nunca en estos fics, centrados en resolver parte de la trama.

[HUM] Fanfics para reír.

Encontraréis también los tag [WIP] O [COMPLETO]. El primero hace referencia a "Work in Progress", es decir, que el fic está en fase de publicación, mientras que los fanfics con el segundo término ya se pueden leer enteros.

CONTACTO

Si tienes alguna duda o te apetece publicar tu fanfic en este blog, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotras a través del Blog de Marta Torné o bien a través del Blog de Raúl Fernández, en las direcciones de correo que encontraréis en las mencionadas páginas.

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Un amor inesperado. Capítulo X


Me armé de valor, no permitiría que el chulo de Toni le contara a mi hijo su versión de los hechos así que corrí tras ellos. Ya dentro del internado les vi girar, se dirigían a la cocina, estaba perdida, le iba a decir que yo tenía la culpa de todo aunque no fuera cierto.

Y entonces él pasó como un rayo de luz, como un ángel esperado, como una estrella fugaz. Fermín me encontró por el pasillo con cara de desesperación y no tuve que explicarle nada, tan sólo se dio cuenta de la situación, entró a la cocina y le dijo a Toni que tenía que hablar con él seriamente, pues una chimenea estaba atrancada.

Entré lentamente a la cocina, y vi a mi hijo, allí sentado, su rostro mostraba cierto desconcierto, no sabía qué estaba pasando, al verme entrar se levantó y me dijo seriamente:

-María, no sé qué coño quería ese tipo, pero quiero que me lo cuentes ahora.

-Está bien, siéntate, creo que este es el momento de que sepas la verdad.

-Pero, ¿de qué hablas María?

-Escucha atentamente, lo que te voy a decir es bastante difícil para mí.

Iván se quedó completamente en silencio, me miraba a los ojos, entonces empecé a decirle aquello que nunca antes me había atrevido:

-Toni y yo éramos novios, él tenía 16 años y yo 13, éramos unos críos y un día me di cuenta de que no me bajaba la regla, fui a hacerme unos análisis y me dijeron que me había quedado embarazada. Tan sólo tenía 13 años, no podía mantener a un bebé, además Toni tenía problemas con la droga, le debía dinero a uno tipos.

Paré un poco, empezaba a ponerme nerviosa, bebí un poco de agua y continué:

-El médico que me atendió me convenció para que no abortara, me dijo que si no quería al crío, mucha gente con dinero, estaría dispuesta a comprárnoslo, así saldríamos de nuestras deudas, y el bebé estaría bien atendido. En un principio dije que sí, pero los meses pasaban y cada vez me costaba más pensar que me separaría de mi bebé.

La cara de Iván estaba cambiando de color, sus ojos empezaban a ponerse llorosos, sabía perfectamente quien era el bebé de mi historia, volví a beber agua, tragué con dificultad y seguí:

-El día que di a luz, Toni no se presentó al parto, estaba yo tan feliz con mi niño en brazos, la idea de venderlo a cualquier ricachón había desaparecido de mi mente, llegó una enfermera y se llevó al niño, decía que tenía que llevarlo a la incubadora, esa fue la última vez que vi a mi bebé, unos días después, Toni recibió un cheque con bastante dinero y se largó con todo.

Iván ese niño, ese bebé que me quitaron de las manos nada más nacer, eres tú, llevo toda la vida buscándote y ahora que te tenía tan cerca, tenía miedo de decirte la verdad, por miedo a que me rechazaras.

Unas lágrimas brotaron de los ojos de Iván, necesitaba desahogarse y llorar, me acerqué a él y le abracé, me arriesgué a que empujara o se soltara con desprecio, pero tan sólo apoyo su cabeza en mi hombro y continúo llorando de forma desconsolada. Un buen rato después se levantó de la silla, y con los ojos llorosos y rojos me dijo:

-María tengo que asimilar todo esto, aquel hombre al que llamé padre me volvió a engañar buscándome una madre falsa. Tengo que pensar, aclarar mis ideas, pero que sepas que no te odio, ni te rechazo- y mientras se iba dijo con voz entrecortada,- nunca podría odiar a mi madre.

Aquellas palabras hicieron que me emocionara, mi hijo no me había rechazado, incluso me había llamado madre, estaba feliz, mis lágrimas eran de felicidad. De repente dentro de la despensa se escuchó un golpe, algo se había roto, me levanté de la silla y fui corriendo a la despensa, cuando encendí la luz vi a Héctor lleno de harina. No pude aguantar soltar una carcajada:

-¿Pero qué haces ahí, y así?.

-Pues ya ves, vine a por un poco de chocolate, y no quería interrumpir la conversación, ya que era interesante, pensé y si rompo el bote de la harina y me la echo por encima, así sería un fantasma y nadie me descubriría.

-Sí claro, seguro que has pensado todo eso.

-¿No crees que pueda ser tan inteligente?, ahora te vas a enterar.

Héctor salió detrás de mí amenazándome con llenarme de harina, no tardó en alcanzarme y me apoyó contra el fregadero.

-Ves ahora no tienes escapatoria, el fantasma alcanzó a la preciosa dama. Por cierto, mi querida dama, ¿has probado alguna vez los besos de un fantasma?

-La verdad es que no he tenido ese placer.

-Pues prepárate.

Y empezó a besarme despacio por el cuello, luego por las mejillas, la frente, la nariz, y acercándose lentamente a mis labios, cuando tenía sus labios pegados a los míos se quedó quieto, abrió los ojos, le sonreí y le mordí en el labio:

-Ayyy has herido al pobre fantasmita-dijo mientras me besaba y acariciaba llenándome de harina a mí también.

Cuando se separó de mí y se dio cuenta de cómo estábamos los dos, me dijo al oído que iba a cambiarse, que me esperaría esa noche en su cama, le sonreí y fui a cambiarme también a mi habitación.

Mientras caminaba por el pasillo, caí en la cuenta de que Héctor no me había preguntado nada por Toni, lo de Iván si lo sabía, y por su forma de actuar se le veía contento por lo que había pasado, en fin tenía que hablarle del tema.

En cuanto a Iván esperaría a que él de el siguiente paso, mientras tanto esperaría, y no me olvidaría de agradecer a mi ángel de la guarda su aparición fugaz, si no fuera por él ahora mismo no sé como estaría.


Fín


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