Los padres mienten si alguna vez dicen que el amor que dan a sus hijos es el mismo. Este se transforma con el paso de los años, aumenta y en ellos se vierte toda la esperanza que una vez yació dormida en si mismos.
- Apaga la luz cuando hayas terminado, Esther.- le dijo el señor Errera a una de las suyas que estaba en la biblioteca. Probablemente la niña nunca fuese a tener en ningún otro momento esa luz de ingenuidad y felicidad nata una vez dejada marchar esa época. Y la retrató sin necesidad de una cámara para la posteridad apreciando su gran parecido con su enamorada como una fotocopia única que ya no se repetiría jamás. - Nunca te había visto interesada por esta sala.
- Estoy buscando un libro acerca de alguien, se llama Van algo.- dijo mientras acariciaba el lomo de un tomo con el índice como si quisiera adueñarse de su polvo.
- ¿Van Gogh? ¿El pintor? Es demasiado trágico, cariño.Fue un hombre depresivo, marcado por su pasado, sus fracasos amorosos y artísticos. Su primer cuadro se vendió cuando ya había fallecido. Una vida digna de no ser emulada.
- Ese chico que ha estado aquí esta tarde me habló de él y no supe darle conversación, yo que creía saberlo todo.-
- Es ridículo, tesoro. Nunca se termina de aprender. Además, eres muy joven y me alegro que la cosa no fructificase, Esta tarde se presentó aquí, me molestó, primero sin avisar, a prisas, diciéndome devuélvame la joya…te ha insultado y cuando eso sucede es como si lo hubiese hecho conmigo. Me parece que no tardará en marcharse. Ahora os quedareis las dos solteronas, porque he oído que el señor Joaquín Fernández también planea un viaje a largo plazo y no creo que pretenda parar sus planes por vosotras.
Eva Herrera miró dolida a su padre pero este no pareció percatarse de ello. Observó el huevo de fabergé en la vitrina de cristal en la que había permanecido desde que se lo entregaran. Aquella delicia de orfebrería le había parecido de las mil y una noches la primera vez que la vio pero fijándose persistentemente en él parecía que escondía algo maligno latiendo en el interior de su pequeño caparazón.
- No quiero ese huevo. Por culpa de él me comporté como lo que nunca había deseado ser. Y sabes perfectamente que no fue una ofensa. Solo que yo me revolucioné.
- Pero hija cuesta mucho dinero y…
- ¡No lo quiero!- El señor Errera palideció al verla reaccionar así por primera vez.- ¡No me gusta! ¡No me pertenece! ¡Igual fue ganado con la sangre de otros! Ya lo oíste papá, es heredado.
- ¿Qué dices, Eva? Blasfemias, tan solo sería una historia, será de una joyería. Y si es heredado, mejor aún. Más valor tiene. Él no luchará por recuperarlo, si fue tan fácil abrir los dedos para darlo poco de esto poseería para él.
- A mí no me pareció que lo entregase así como así. Yo creo que quería deshacerse de él, como si le recordase algo horrendo… Además, ¿Estás insinuando que tú nos entregarías a nosotras sin reparar apenas en ello?
- ¡Estás insultando a tu padre! Uno no sabe amar hasta que un hijo nace.- dijo recorriendo delicadamente la mejilla de ella.- A lo mejor no debí proponer casaros porque aunque creas cuando me vaya para siempre, cuando estés sola besaré el aire cerca de ti aunque no lo veas para que seas feliz. Y yo prefiero a una hija soltera y feliz que a una casada y desgraciada.
Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Eva Errera al malinterpretar las palabras de su padre creyendo que le habían impuesto la soledad como compañero. Y como en una pesadilla real en su cama posteriormente, escuchó el sonido de un cristal roto mientras un intrépido se adueñaba de la joya. Tiempo más tarde la misma chica dulce y que acataba las órdenes decidió desaparecer dirigida por los mismos vientos que habían traído a David Almansa. Sí fue feliz a cambio de la tristeza de los suyos dándole la vuelta a la baraja de su destino.
- Apaga la luz cuando hayas terminado, Esther.- le dijo el señor Errera a una de las suyas que estaba en la biblioteca. Probablemente la niña nunca fuese a tener en ningún otro momento esa luz de ingenuidad y felicidad nata una vez dejada marchar esa época. Y la retrató sin necesidad de una cámara para la posteridad apreciando su gran parecido con su enamorada como una fotocopia única que ya no se repetiría jamás. - Nunca te había visto interesada por esta sala.
- Estoy buscando un libro acerca de alguien, se llama Van algo.- dijo mientras acariciaba el lomo de un tomo con el índice como si quisiera adueñarse de su polvo.
- ¿Van Gogh? ¿El pintor? Es demasiado trágico, cariño.Fue un hombre depresivo, marcado por su pasado, sus fracasos amorosos y artísticos. Su primer cuadro se vendió cuando ya había fallecido. Una vida digna de no ser emulada.
- Ese chico que ha estado aquí esta tarde me habló de él y no supe darle conversación, yo que creía saberlo todo.-
- Es ridículo, tesoro. Nunca se termina de aprender. Además, eres muy joven y me alegro que la cosa no fructificase, Esta tarde se presentó aquí, me molestó, primero sin avisar, a prisas, diciéndome devuélvame la joya…te ha insultado y cuando eso sucede es como si lo hubiese hecho conmigo. Me parece que no tardará en marcharse. Ahora os quedareis las dos solteronas, porque he oído que el señor Joaquín Fernández también planea un viaje a largo plazo y no creo que pretenda parar sus planes por vosotras.
Eva Herrera miró dolida a su padre pero este no pareció percatarse de ello. Observó el huevo de fabergé en la vitrina de cristal en la que había permanecido desde que se lo entregaran. Aquella delicia de orfebrería le había parecido de las mil y una noches la primera vez que la vio pero fijándose persistentemente en él parecía que escondía algo maligno latiendo en el interior de su pequeño caparazón.
- No quiero ese huevo. Por culpa de él me comporté como lo que nunca había deseado ser. Y sabes perfectamente que no fue una ofensa. Solo que yo me revolucioné.
- Pero hija cuesta mucho dinero y…
- ¡No lo quiero!- El señor Errera palideció al verla reaccionar así por primera vez.- ¡No me gusta! ¡No me pertenece! ¡Igual fue ganado con la sangre de otros! Ya lo oíste papá, es heredado.
- ¿Qué dices, Eva? Blasfemias, tan solo sería una historia, será de una joyería. Y si es heredado, mejor aún. Más valor tiene. Él no luchará por recuperarlo, si fue tan fácil abrir los dedos para darlo poco de esto poseería para él.
- A mí no me pareció que lo entregase así como así. Yo creo que quería deshacerse de él, como si le recordase algo horrendo… Además, ¿Estás insinuando que tú nos entregarías a nosotras sin reparar apenas en ello?
- ¡Estás insultando a tu padre! Uno no sabe amar hasta que un hijo nace.- dijo recorriendo delicadamente la mejilla de ella.- A lo mejor no debí proponer casaros porque aunque creas cuando me vaya para siempre, cuando estés sola besaré el aire cerca de ti aunque no lo veas para que seas feliz. Y yo prefiero a una hija soltera y feliz que a una casada y desgraciada.
Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Eva Errera al malinterpretar las palabras de su padre creyendo que le habían impuesto la soledad como compañero. Y como en una pesadilla real en su cama posteriormente, escuchó el sonido de un cristal roto mientras un intrépido se adueñaba de la joya. Tiempo más tarde la misma chica dulce y que acataba las órdenes decidió desaparecer dirigida por los mismos vientos que habían traído a David Almansa. Sí fue feliz a cambio de la tristeza de los suyos dándole la vuelta a la baraja de su destino.
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