
El sonido de alguien llamando a la puerta apenas la sobresaltó. Llevaba más de cuatro horas sumida en el sopor típico de la fiebre y los analgésicos, y le costaba distinguir los ruidos de la habitación de los de su sueño.
Fermín se levantó de la silla y le hizo un gesto con el dedo índice para que permaneciera en silencio y estuviera tranquila. Se acercó a la puerta y la entreabrió un par de centímetros, lo justo para distinguir el rostro lívido de Iván.
- Tengo que hablar contigo.
- Iván, ahora no p…
- Ahora sí puedes.
Iván clavó el puño en la puerta y la empujó con violencia. Cuando entró, se dio de bruces con Rebeca, tumbada en la cama de Fermín.
- Joder…
Se pasó una mano por el pelo con fiereza, maldiciendo en voz baja. Rebeca intentó abrir los ojos para explicarle por qué estaba desnuda en aquella cama, pero le fallaron las fuerzas y sólo pudo tirar de la sábana hacia arriba para dejar su pierna al descubierto.
Iván vio el rudimentario vendaje que llevaba en la rodilla, inundado de sangre, y sintió que se mareaba.
- Iván, ¿qué pasa?
- ¡Que soy gilipollas!. Eso es lo que pasa. Que soy un gilipollas que se ha creído tu discursito de esta mañana sobre todo lo que estás dispuesto a hacer por María…
- Iván, escúchame. Han disparado a Rebeca, pero nadie puede saberlo. Si se enteran de que es ella la que está herida, la matarán. No puedo…
- ¿Estáis metidos con esos nazis?
En un instante, la cara de ambos, Carlos e Iván, reflejó incredulidad y miedo a partes iguales. Fermín trató de excusarse con una sonrisa.
- Digamos que estamos en el lado contrario…
Iván agitó la cabeza con suavidad y levantó la vista.
- Mira, tío, me la suda en qué estás metido. ¿Vas a ayudar a María o no?
Carlos sintió que le ardían las venas. No fue capaz de elaborar una respuesta, así que se limitó a asentir, mientras las lágrimas, cristalizadas, se volvían a formar sobre sus ojos, por enésima vez en los últimos días, anegándolo todo. Cuando levantó la mirada, vio un hilillo de sangre salir de la nariz de Iván. Extendió la mano y se dirigió a él.
- Estás sangrando…
La voz de Fermín parecía venir de muy lejos, y supo que estaba a punto de perder la consciencia.
- Tienes que ayudar a mi madre… Yo no…
De repente, todo se fundió en negro.
3 comentarios:
Guas! Que sorpresa encontrarme esto aqui! Por fin! Alianza FermIvan!
Muy bueno el capi. Rebeca desnuda en la cama de Carlos. Ivan que entra en la habitacion asi de sopeton... Esos guionistas estarian orgullosos de ti, pequenya saltamontes. :P
A ver como se las apanya Carlos ahora para sacar a Maria del loquero y salvar las vidas de Ivan y de Rebeca.
Menos mal que los Nazis ya saben clonar a la gente, para que pueda dar a basto, porque esta cruda la cosa.
Deseando leer el siguiente. En vilo que me tienes! :-)
¡Qué capítulón, qué capítulón! Y eso que estaba semispoileada por correo; sabía que Rebeca aparecía desnuda en la cama de Fermín, y ya me había asustado. Por un momento me olvidé de que esto lo escribe chiqui :P
Se puede sentir a la perfección la desesperación de Iván, y el personaje está bordado, cada palabra es justamente la que usaría Iván.
Esto se pone muy interesante; menos mal que estáis vosotras para forjar la alianza fermiván, porque si tenemos que esperar a que a los guionistas les de por ahí, vamos dados.
y el siguiente capitulo para cuando? joooo
chiqui has sido muy mala con eso de tener a la Rebe en pelotas en la cama del cocinero...
que intriga
Publicar un comentario