¡Bienvenidos!

Bienvenidos a nuestro blog de fanfics acerca de "El Internado". Aquí podréis encontrar textos en todas las categorías posibles, desde los puramente románticos a aquellos que resuelven parte de la trama, pasando por los minifics o el humor.

El blog ha sido diseñado para haceros la navegación por él lo más sencilla posible. Por ello, en la columna de la derecha podéis encontrar todos los fics disponibles, con una breve sinopsis, la categoría o categorías a la que pertenece el texto y los personajes en los que se centra, además del autor del mismo.

Debajo podéis encontrar enlaces directos a todos los capítulos de la historia, de modo que podéis leer a vuestro ritmo y sin necesidad de buscar la entrada por donde os quedasteis, ya que se puede acceder a ella directamente. Así, cuando clickeis en un capítulo, ésa entrada aparecerá justo debajo de esta cabecera que estáis leyendo.

En cuanto a las categorías, vais a encontrar un código que os dirá de qué tipo es el texto que vais a leer. Dentro de estos diferentes tipos, encontraréis:

[ROM] Estos fanfics se centran en el desarrollo de una relación amorosa y los sentimientos de los personajes.

[ANGST] Fanfics para sufrir, para pasarlo mal con nuestros personajes favoritos.

[RES] El Proyecto Géminis y Ottox están más presentes que nunca en estos fics, centrados en resolver parte de la trama.

[HUM] Fanfics para reír.

Encontraréis también los tag [WIP] O [COMPLETO]. El primero hace referencia a "Work in Progress", es decir, que el fic está en fase de publicación, mientras que los fanfics con el segundo término ya se pueden leer enteros.

CONTACTO

Si tienes alguna duda o te apetece publicar tu fanfic en este blog, sólo tienes que ponerte en contacto con nosotras a través del Blog de Marta Torné o bien a través del Blog de Raúl Fernández, en las direcciones de correo que encontraréis en las mencionadas páginas.

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Un amor inesperado. Capítulo III.

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Esa tarde tenía que limpiar los cuartos de los profesores, como me pasé casi toda la mañana en el hospital, dejé las tareas a medio hacer. Después de almorzar, Fermín corrió a echarse una siesta, últimamente se pasaba la tarde encerrado en su cuarto, en cambio por las noches estaba muy cansado.

Fui en busca del carrito de la limpieza y empecé por el cuarto de Martín, el nuevo profesor, era un chico simpático y su hijo Lucas era adorable. Toqué a la puerta y los dos salieron, para que pudiera limpiar, el pequeño Lucas me preguntó por Paula y Evelyn, le dije que estaban en la biblioteca leyendo libros de operaciones, hizo una mueca de extrañado y corrió a buscarlas, Martín en cambio fue al despacho de Elsa, a preguntarle algo sobre el horario.

Cuando acabé con el dormitorio de Martín, me dirigí al de Pedro, justo cuando iba a tocar en la puerta, salía con una copa en la mano, me saludo más simpático de lo habitual y dijo algo despectivo sobre Noiret, sonreí ya que para mí Noiret era un maltratador despreciable, y se fue agarrándose a las paredes.

Después de emplearme bien en la habitación de Pedro, que apestaba a alcohol, fui al dormitorio de Elsa, sabía que ella no estaba allí, su habitación siempre estaba bastante ordenada, y no tarde mucho en acabar mi trabajo allí.
Seguí, mi habitual ronda, ahora tocaba el dormitorio de Camilo, como siempre tenía la llave echada, supuse que estaría echándose una siesta, así que pasé de largo y me dirigí al último dormitorio que me quedaba, el de Héctor.

Me sentía extraña, tenía ganas de entrar a su habitación y a la vez miedo, sentía miedo de encontrármelo de nuevo hecho polvo sin ganas de seguir luchando. Sin más toqué a la puerta, toc toc. Esperaba una respuesta, para poder entrar, y le escuché decir: “Pasa María”

Abrí la puerta y allí estaba él, había salido de la ducha, aún estaba sin camiseta y con una pequeña toalla se secaba su torso desnudo, por un momento me quedé mirándole petrificada. Sólo le había visto desnudo una vez, recién llegada al Internado, y fue una situación bastante graciosa.
Volví a la realidad, y le dije que tenía que limpiar la habitación, él me invito a sentarme a su lado, en la cama y prosiguió:

-Tranquila María, he limpiado yo esta tarde, la verdad es que necesitaba hacer algo, para liberarme un poco de todo.
-Héctor, quizás me estoy metiendo donde no me llaman pero,… (No sabía cómo preguntarle qué le pasaba sin parecer una cotilla).
-A ver María todo esto quizás sea un peso muy fuerte para llevarlo yo sólo, tengo el apoyo de Jacinta, pero quizás no sea lo suficiente.
-Héctor, sabes que puedes contar conmigo, para lo que quieras, si tienes algo que contarme, te escucharé, no es bueno tragarse todos los problemas.
-María, de verdad no creo que me creyeras, además lo último que querría en este mundo es ponerte en peligro.
-Pero Héctor, ¿tan grave es?, me estás asustando.
-María, te contaré todo lo que me pasa, si me prometes que nunca hablarás de esto a nadie, y que me tratarás como siempre a ojos de los demás.
-Está bien Héctor, sabes que yo confié en ti, te conté lo de mi hijo Iván, así que puedes confiar en mí, nunca saldrá de esta habitación lo que tú me digas ahora.
Héctor estaba a punto de contarme la causa de su sufrimiento, después de charlar con él, caí en la cuenta, de que la situación era bastante grave y compleja. Pero justo cuando iba a empezar a hablarme, le sonó el teléfono, era un mensaje.
Levantó la cabeza, me miró y me dijo que tenía que marcharse, pero que esa misma noche, fuera a su dormitorio a las 00:00, a esas horas todos duermen y podrían charlar tranquilamente. Asentí, recogí mi carro de la limpieza y salí de la habitación.

Por el pasillo me encontré con Camilo, le dije que tenía que limpiar su cuarto, que era el único que me quedaba, y me dijo que pasara dentro, mientras yo limpiaba, él estaba allí trabajando en el ordenador. Pensé que este hombre, nunca salía de allí, pero no le di más importancia, cada vez que cogía algo de la habitación me decía:”María ten cuidado”. En fin para él cualquier figurilla era muy valiosa.
Salí del cuarto de Camilo pensando en todo lo que Héctor me había dicho, esta vez estaba más sereno, pero sus ojos pedían ayuda a gritos, ¿qué era ese peso tan grande?, tan sólo Jacinta lo conocía, pero ella era tan reservada que nunca me diría nada, yo tampoco le contaría que Héctor estaba dispuesto a contarme la verdad.

Cuando llegué a la cocina, Fermín ya estaba preparando la cena, caí en la cuenta de que esa noche no podía ir a dormir con él y cuando me dispuse a ponerle cualquier excusa, el empezó a hablarme:
-Mmmm, María, te iba a comentar que, esta noche no estaré en mi habitación, tengo que revisar los alimentos que tenemos, para realizar un nuevo pedido, y acabaré tarde, puedes dormir allí si quieres, pero no voy a estar.
Parece ser que era mi día de suerte, todo estaba de mi lado, así que le respondí:
-No te preocupes Fermín, esta noche me quedo en mi habitación, no pasa nada, espero que no trabajes demasiado, últimamente te noto cansado.
-Eso es por tu culpa, me agotas cada noche-respondió sonriendo.

La cena terminó sin novedad alguna, eran las 23:30, cuando entré en mi cuarto, Jacinta ya estaba dormida, roncando, me quité el uniforme y me puse unos vaqueros y una camiseta negra, sin hacer apenas ruido salí de la habitación.
Avanzaba por el pasillo, quería ir a la cocina y coger un poco de chocolate, a Héctor le encantaba y serviría para romper el hielo, de repente vi una sombra, me oculte tras un pequeño resquicio, y vi a Fermín con una mochila a la espalda, caminaba de forma erguida, con prisa, le seguí despacio y le vi salir del Internado, era muy raro, ¿dónde iría a esas horas?

Continúe mi trayecto hasta la cocina, y vi la luz de la despensa encendida, me acerqué y vi una silueta, esta vez era Héctor, estaba cogiendo una botella de vino, casualmente una igual a la de aquella vez que estuvimos encerrados, aquella vez que me recordó que yo le gustaba, que sólo pensaba en mí y que me quería.

Me preguntó que si iba a coger algo y le contesté que no, que sólo quería agua: “Esto es mejor”- dijo señalando la botella de vino. Me agarró de la mano y cogió dos copas. Nos dirigíamos a su habitación, pero no era lo único que había cambiado esa noche, esa noche descubriría muchas cosas, cosas ocultas durante años.

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