Cuando entró a la habitación, le recibió una Beretta 92 semiautomática y la sonrisa irónica de Rebeca. Alcanzó a ver que estaba herida, pero también entendió que desde su ángulo podía alcanzarle en la cabeza sin necesidad de ser una gran tiradora. A su lado, Iván, con al frente encharcada en sudor, parecía querer mirarle desde algún lugar de su semi inconsciencia.
Fermín le agarró del brazo sin miramientos y le sentó en una silla. Hugo no había vuelto a abrir la boca y así permanecía. Frío, silencioso, con la mirada fija en el frente. Parecía seguro de sí mismo, y quizá habría conseguido hacérselo creer a Julia, a Iván, a la misma Rebeca. A Carlos no. Él también era experto en marcarse faroles de ése tipo.
Cogió una silla y se sentó frente a él.
- Habéis infectado a Iván con el G239. Resulta que la única forma de que no muera en unas horas consiste en inyectarle la sangre de alguien inmune al virus, y resulta que ése alguien, eres tú. Por tanto, te vas a estar quietecito mientras cojo lo que necesito. Después veremos lo que hago contigo. Mi idea era entregarte a cierta organización que estará encantada de conocerte, pero Julia me ha sugerido que te encierre en el cuarto de calderas con Noiret, y la idea me tienta. ¿Preparado?
Hugo entendió que estaba perdido. Si intentaba atacar a Fermín, Rebeca dispararía antes de que pudiera mirarla siquiera. Así que cambió de estrategia. Tomó aire y habló despacio.
- Yo sólo soy otra cobaya. He tenido que soportar cientos de pruebas médicas para que esa gente no matara a mi familia… - Hizo una pausa para escudriñar la mirada del cocinero, tratando de adivinar si su discurso producía algún efecto en él. – Llevan chantajeándome desde que tengo uso de razón, sé por lo que estáis pasando.
Fermín le miró un momento, haciéndole creer que contemplaba la posibilidad de que fuera cierto, antes de mostrarle una sonrisa amplia, colmada de sarcasmo.
- Te voy a contar lo que yo sé de ti. Llegaste aquí justo después de la desaparición de Don Joaquín. Al principio Noiret ni te miraba a la cara, pero desde hace un par de días, hasta te cede su puesto en la cola de las comidas. Tu historial médico, supervisado por el doctor Ritter Wulf, dice que se te han inoculado noventa y seis virus con sus variantes a lo largo de tu vida y has resultado inmune a todos. Las pruebas pararon en el mismo momento en que murió tu hermano, así que doy por supuesto que tú tienes algo que ver con ese traumatismo craneoencefálico. Y para colmo, justo cuando llegas aquí, esa gente del psiquiátrico da de nuevo con María. ¿Voy bien o me quieres corregir en algún aspecto?
Hugo se limitó a guardar silencio.
- Lo único que no termino de entender es por qué encerraste a María en lugar de matarla. ¿Tienes capacidad para sentir algo o lo hiciste porque pensaste que sufriría más así que matándola?
- María es más útil viva que muerta.
Carlos se levantó con tal ímpetu que la silla en la que estaba sentado cayó al suelo bruscamente. Agarró el arma y la apretó contra la frente de su adversario.
- Si te la vuelves a poner en la boca, te reviento la cabeza.
- Lo dudo, yo también te soy más útil vivo.
Fermín negó con la cabeza y reculó, relajando los músculos de los brazos y adoptando otra vez un tono menos agresivo.
- ¿Sabes cuánto se puede vivir con una de éstas alojada en el cerebro? La media es de cuarenta minutos si no se recibe asistencia médica. Me sobran treinta y nueve para coger lo que quiero de ti.
- Si mi sangre no es compatible con la de Iván ¿qué piensas hacer? ¿Me matarás entonces?
No obtuvo respuesta. El informe del sujeto número cuatro contemplaba que el grupo sanguíneo del infectado era el cero negativo. Receptor universal. Pero no tenía tiempo, ni ganas, de seguir hablando con Hugo. Cogió una jeringuilla, la cargó, y se la inyectó a Hugo en el cuello. En ese instante, se arrepintió de no tener nada ni nadie en quien creer.
3 comentarios:
Efectivamente, me equivoqué. El receptor universal es el AB+, así que gazapo.
No mujer, eso es muy facilito de corregir.
Por cierto, aqui te dejo el comentario sobre el fic (el que he borrado arriba):
GUAU, Chiqui. Has bordado a todos y cada uno de los personajes. Me ha encantado la actitud de Carlos (frio y calculador hasta que le mencionan a su Maria, y luego se sale de sus cabales - perfecto!) El capullo de Hugo intentando marcarse una trola y el razonamiento de Carlos para tirarle el intento por la ventana. Y el pobre Ivan medio moribundo, has logrado que consigamos visualizar su estado con tan solo una frase. Increible la escena. Me ha gustado mucho y has recuperado a nuestro querido Fermin. MUAK!!!!
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